sábado, 20 de enero de 2018


Las buenas ideas son un material imprescindible para realizar un buen trabajo, especialmente cuando nuestra actividad tiene mucho que ver con la creatividad.
Estas ideas pueden ayudarnos a:

- superar un bloqueo mental
- resolver un problema
- encontrar una nueva forma de hacer las cosas que nos permitirá diferenciarnos de la competencia

La pregunta es la siguiente: ¿de dónde sacamos esas buenas ideas?

En el mundo Freelance nos proponen unos cuantos consejos para generar ideas creativas:
Crea una “carpeta” específica para las ideas

Todo el mundo tiene ideas. Lo que ocurre muy a menudo es que, simplemente, no les prestamos atención. No las apuntamos cuando surgen. Y se nos olvidan. Desaparecen. Se evaporan. Se van como han venido.

Seguro que algunas de estas ideas eran muy aprovechables, pero nunca llegamos a saberlo porque no tenemos oportunidad de desarrollarlas.

Por eso, lo primero es hacer un “hueco” en nuestra agenda diaria para retener esas ideas.
Necesitas un espacio físico -por ejemplo, una carpeta en tu ordenador- para almacenar todas las ideas que se te van ocurriendo, y las cosas interesantes que vas encontrando y que no tienes tiempo de desarrollar en el momento.

Más adelante podrás recurrir a esas ideas para inspirarte, para encontrar nuevos caminos en tus proyectos.

Bueno. Ya tienes la carpeta. Ahora necesitas rellenarla de ideas.

Dónde encontrar buenas ideas

Estás rodeado de buenas -y malas- ideas. Sólo tienes que estar atento/a para descubrirlas. Te proponemos 10 fuentes que no suelen fallar:

La actualidad. Las noticias constituyen una fuente inagotable de ideas. Si estás atento/a a lo que sucede en el mundo, y a tu alrededor, siempre podrás encontrar propuestas interesantes. Debes aprender a rebuscar entre la montaña de información inservible. Con la práctica se agudiza el olfato.

El arte. El arte y la literatura siempre han sido fuentes de inspiración muy poderosas. Una obra de arte, un libro, una película pueden sugerirte un camino para tu próximo trabajo. Si tu área de actividad está relacionada con el diseño, este apartado es imprescindible.

Foros y redes sociales. En las conversaciones que diariamente se producen en las redes sociales encontrarás los problemas que preocupan a la gente, y nuevas formas de resolverlos. Si sigues a gente interesante a través de Twitter, todos los días encontrarás alguna reflexión o enlace a un asunto interesante.

Formación. Sigue estudiando y aprendiendo, aunque sea por tu cuenta. Esa actividad de crecimiento personal te permitirá encontrar herramientas y tecnologías interesantes, así como formas nuevas de hacer las cosas.

Libros. Lee con regularidad. Consulta libros y manuales. El conocimiento que los demás han ido acumulando puede serte de gran ayuda.

Otras personas. La gente que te rodea puede ayudarte. No hace falta que sean profesionales, ni que pertenezcan a tu campo de actividad. Escucha lo que los demás tienen que decirte. Escuchar es un método revolucionario para dar impulso a tu negocio.

La naturaleza. La naturaleza inspira. Pasar tiempo en el campo o en un parque no sólo te ayudará a tener nuevas ideas. También te servirá para reducir el stress y huir de la tensión del trabajo diario.

Blogs. Encuentra los blogs que más pueden aportar a tu trabajo. Las reflexiones de los blogueros y su forma de abordar los retos pueden despejarte el camino.

El trabajo de tus competidores. Aprende lo mejor de los mejores. Toma las ideas brillantes de la competencia y utilízalas para generar ideas todavía mejores.

Las tendencias del mercado. Las tendencias se suceden en el mercado: un color, una herramienta, una tecnología, una metodología, una forma de comunicarse… No hace falta que estés siempre de acuerdo con lo que triunfa. Pero necesitas conocer esas tendencias para saber qué es lo que los clientes pueden demandarte. Después, puedes optar por sumarte a esa tendencia, o por darle la vuelta para encontrar un camino más personal.

3 procesos para generar nuevas ideas

Hay tres caminos que puedes explorar para generar una idea:

Enfréntate a un problema. Un problema suele ser una de las situaciones más estimulantes para desarrollar nuevas ideas. Contra lo que mucha gente piensa, a veces las limitaciones son las que nos dan pie para crear soluciones eficaces e imaginativas. La necesidad de superar unos obstáculos concretos nos permite encontrar nuevos caminos que, de otra forma, nunca hubiésemos emprendido.

Comparte el conocimiento. Comparte lo que sabes con la comunidad, por ejemplo a través de tu blog. Encontrarás tu recompensa muy pronto. Para empezar, porque cada post te servirá para ordenar tus conocimientos, y para profundizar en ideas que, de otro modo, se hubiesen evaporado. Y porque, además, la gente con la que compartes ese conocimiento podrá completar y enfocar tus ideas con sus comentarios.

Conócete a ti mismo. Si conoces cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles, tendrás mucho ganado. ¿Cuáles son tus habilidades? ¿En qué campo de actividad te desenvuelves mejor? ¿Dónde podrías ser más creativo? ¿Cuál es el tramo del día en el que te encuentras más inspirado? Todas estas preguntas pueden ayudarte a enfocar tu creatividad.

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