lunes, 5 de marzo de 2018


¿Estás pensando en lanzar tu propio negocio? Según nos explica Seth Godin en su superventas The Bootstrapper’s Bible, estos son los elementos clave que conforman un modelo de negocio:

- Distribución. ¿Dónde se vende el producto o servicio al consumidor final? ¿Qué intermediarios están implicados en el negocio?
- Ventas. ¿Quién está vendiendo por ti? ¿Cómo vas a compensarle?
- Precio. ¿Cuánto pagan los mayoristas, los minoristas y el consumidor final?
- Producción. ¿Cómo vas a fabricar el producto o servicio?
- Materia prima. ¿Dónde consigues eso que vas a vender?
- Posicionamiento. ¿Cómo percibe el producto en su mente el consumidor final?
- Marketing. ¿Cómo encuentran información sobre el producto o servicio los consumidores?

- Barreras de entrada. ¿Cómo serás capaz de sobrevivir cuando lleguen los competidores (atraídos por un negocio que funciona)?

- Escalabilidad. ¿Cómo conseguir que tu negocio crezca?

Y, siempre según Godin, esto son los 5 atributos que tu modelo de negocio debería tener:

1. Que genere beneficios

Parece obvio. Pero te sorprendería saber la cantidad de gente que pierde dinero con cada uno de sus productos y que, sin embargo, se empeña en aumentar el volumen de ventas. Casi ningún negocio es rentable al principio. Hay que pagar el alquiler, comprar las máquinas, la materia prima, los ordenadores… La pregunta es: ¿cuánto se puede esperar hasta que el negocio sea rentable? Godin propone lo siguiente: Escribe en un papel un fecha objetivo en la que tu negocio debe ser rentable. Si te pasas del plazo establecido y la cosa no funciona, o se te ocurre cómo arreglarlo o será mejor que abandones. Seguir en un negocio ruinoso simplemente porque ya has perdido mucho dinero con él es una pésima estrategia de negocio. Debes aprender a detectar los factores que transforman un negocio no rentable en uno rentable. Los modelos de negocio, al igual que las fórmulas matemáticas, no pueden depender de un milagro. Es verdad que, muy de vez en cuando, alguien consigue crear su propio modelo de negocio. Pero es mucho más común, y más sencillo, que el modelo de negocio ya exista antes de que tú lo elijas.

2. Que pueda protegerse de los competidores

Un negocio rentable siempre va a atraer a los competidores. ¿Qué harás cuando estos aparezcan? Si sacas un euro de cada producto que vendes y de repente se produce una guerra de precios, puede que acabes sacando un céntimo por cada unidad. Y eso es muy malo. Para eso existen las barreras de entrada, que pueden adoptar diferentes formas: una patente, una marca fuerte, una distribución exclusiva, una fórmula secreta de fabricación (esto cada vez es más difícil de mantener, pero es posible) y algo llamado “la ventaja del que lleva la iniciativa”. Blockbuster creó una gran barrera de entrada cuando abrió miles de videoclubes por todos los sitios. Para cuando la competencia apareció, los mejores sitios ya estaban cogidos. Evidentemente, esta es una barrera muy cara de construir… Pero hay otras maneras. La ventaja de llegar primero está muy clara: si montas un negocio para cortar el césped en tu vecindario, habrás resuelto la necesidad de tus vecinos. El que llegue después ya no puede resolverla. Lo único que puede hacer es tirar los precios u ofrecer un servicio notablemente mejor. Es decir, la competencia va a tener que ir a remolque porque tú tomaste la iniciativa y llegaste antes.

3. Debe autoalimentarse

Una de las trampas en las que caen muchos emprendedores es la de inventarse un modelo de negocio que no funciona por sí mismo, y que necesita un paso intermedio bastante complicado. Si, por ejemplo, quieres vender cuchillas de afeitar, y ese va a ser tu negocio, necesitas que haya un montón de gente con una maquinilla compatible. ¿Es posible conseguirlo con poco dinero? Sí. Pero en 9 de cada 10 ocasiones, este tipo de negocios fracasan. Conclusión: normalmente el emprendedor se queda sin dinero antes de cambiar las costumbres de la gente.

4. Que sea ajustable

Necesitas contar con un modelo de negocio que puedas modificar sobre la marcha, y que te permita ajustarte a las necesidades del mercado. Un modelo de negocio que depende de un montón de partners y consumidores resulta mucho menos flexible. Imagina una gran cadena formada por más de 1000 restaurantes especializados en un tipo de comida determinada. Si un plato diferente se pone de moda, les va a costar mucho tiempo y esfuerzo negociar con los proveedores y formar a todas las delegaciones y a todos los empleados para distribuir ese nuevo plato. En cambio, un restaurante pequeño no tardará casi nada en conseguirlo. En apenas una semana o dos ya puede preparar y vender el plato de moda.

0 comentarios:

Publicar un comentario