¿Seguro que utilizas de
forma apropiada el teléfono, el correo electrónico y la mensajería
instantánea para comunicarte con tus clientes?
Nadie puede conseguir un
proyecto, y mucho menos realizarlo, sin comunicarse con el cliente.Cuando
hablamos con otra persona cara a cara tenemos muchas herramientas para
transmitirle lo que pensamos, y para entender lo que la otra persona quiere
decirnos:
gestos, tono de voz, interacción directa, etc. El problema es que cuando nos comunicamos utilizando nuevos medios, como el correo electrónico, el chat o incluso una videoconferencia, perdemos buena parte de esas herramientas.
gestos, tono de voz, interacción directa, etc. El problema es que cuando nos comunicamos utilizando nuevos medios, como el correo electrónico, el chat o incluso una videoconferencia, perdemos buena parte de esas herramientas.
En FreelanceSwitch nos
proponen unos buenos consejos para mejorar nuestra comunicación online
con nuestros clientes y colaboradores. Hemos seleccionado los mejores:
1. Varía el tono de tu voz
en el teléfono y en Skype
El tono de voz añade muchos
matices -es decir, mucha información- a lo que estás diciendo, y puede ayudarte
a suplir los gestos, que evidentemente no están presentes en una conversación
telefónica. Además, es uno de los mejores remedios contra la monotonía en un
discurso. Así que intenta ir modificando tu tono de voz a lo largo de la
conversación para reforzar tu mensaje.
2. Sonríe también en las
videoconferencias
Es inevitable: la gente que
sonríe a menudo transmite energía positiva, resulta mucho más agradable y cae
mejor. No se trata de sonreír todo el rato por decreto ley. Eso resultaría
estúpido. Pero a veces, con el trabajo, las prisas y la tensión, se nos olvida
que sabemos sonreír. Y que cuando lo hacemos somos un poco más felices. Tenlo
en cuenta. En una conversación cara a cara, o por videoconferencia, lo que hay
en tu cara es buena parte de lo que transmites.
3. Suple el contexto con
emoticonos
Ya hemos comentado que en la
comunicación online muchas cosas quedan fuera. Los emoticonos pueden ayudarte a
poner aquello que falta, sobre todo cuando quieres ser irónico, sarcástico,
cuando quieres bromear, etc. Ya sabes que sin el contexto de los gestos, tono
de voz, etc, estas intenciones pueden ser malinterpretadas. La ironía es uno de
los casos más claros.
Tampoco conviene abusar de
los emoticonos -tu mensaje parecerá una ensalada de emociones sin sentido- pero
debes tenerlos en cuenta como recurso expresivo.
4. Comunica tu reacción a la
otra persona para darle orientación
Piensa en esas ocasiones en
las que estás explicando algo por teléfono y piensas: ¿cómo estará reaccionando
a lo que le cuento?” Pues bien, es posible que la otra persona tenga la misma
sensación cuando habla contigo. Lo mejor es que, sin interrumpir su
conversación, le proporciones un feedback que le permita orientarse sobre tu
posición: “Me parece muy bien”, “No me convence”, etc.
Porque, de nuevo, sin
contexto es fácil malinterpretar las palabras. Y es mejor dejarlo todo claro.
5. Pregunta a tu cliente qué
es lo que piensa
Es obvio: para saber qué es
lo que opina el cliente de nuestra propuesta, del trabajo que hemos realizado,
y de cualquier otra cosa, lo mejor es preguntarle. Sin embargo, no siempre lo
hacemos. Esperamos, quizá, que el cliente lo diga. Pero hay mucha gente que se
reserva sus opiniones. Es fácil que, si no está satisfecho, simplemente no
vuelva a confiar en ti. Habrás perdido al cliente y, ademas, no sabrás por qué.
Y todavía podemos ir un poco
más allá: también podemos preguntarle al cliente cómo se siente, qué sensación
tiene con nuestro trabajo.
Las preguntas son excelentes
herramientas para mantener una relación fluida, y para obtener pistas que nos
permitirán mejorar nuestra trabajo y nuestra forma de comunicarnos.
6. Especifica cuál es la
respuesta que esperas: incluye siempre una llamada a la acción
Cuando envíes un correo
electrónico, especifica siempre qué es lo que quieres, lo que esperas de la
otra parte. Es lo que se conoce como “llamada a la acción”. Explica, por
ejemplo, que te gustaría fijar una reunión. Es la forma más sencilla de
conseguir que tu interlocutor colabore y consigáis dar el siguiente paso.
Es el equivalente al
apartado “próximos pasos”, que normalmente se utiliza en reuniones y
presentaciones para marcar la agenda.
7. No finjas que has
entendido
Si hay algo que no has
entendido en la conversación, no disimules. No lo dejes pasar. Eso sólo podría
llevarte a una confusión todavía mayor. Y la rectificación se hará más
complicada conforme pasa el tiempo. Di simplemente: “Perdona, pero no he
entendido bien qué es lo que quieres decir”.
8. Mantén el canal abierto
A nadie le gusta hablar al
vacío. Seguro que alguna vez, mientras hablabas por teléfono, has pensado:
“¿Hay alguien al otro lado?” Es fácil que tu interlocutor esté pensando lo
mismo mientras se explica. Así que mantén el canal abierto: asiente de vez en cuando
sin interrumpir, para que la otra persone note que estás interesado, que sigues
la conversación, que no has desaparecido.
9. Responde enseguida a los
correos electrónicos
Si tu cliente te ha enviado
un correo electrónico, es muy fácil que esté ansioso por obtener una respuesta.
Aunque seguramente sin razón, enseguida interpretarán tu falta de respuesta
como una falta de interés, o incluso pensarán que no has recibido el correo…
Para evitar estos problemas,
responde con rapidez. Si no tienes tiempo de analizar bien lo que proponen, o
de realizar la oferta que te piden, envía un mensaje breve explicando que
tendrán la respuesta en un par de días.
10. Relee siempre tus
correos electrónicos antes de enviarlos
Repasa la estructura del
mensaje: ¿se entiende bien?, ¿es lo que quieres transmitir? Comprueba la
ortografía con un corrector. Asegúrate de que el mensaje no parece demasiado
arrogante o agresivo, y de que no se presta a malentendidos.
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