miércoles, 28 de marzo de 2018


Escribir bien te permite explicar cualquier cosa a los demás de forma clara. Sin duda es algo muy importante, pero cuando eres un profesional, no es suficiente.

Necesitas ir un paso más allá. Necesitas convencer a tus clientes, a tus lectores y a tus usuarios. Estos 10 consejos van a ayudarte a conseguirlo:
1. No dudes, no des vueltas

No vas a convencer a nadie si tú no estás convencido/a. Recuerda que es tu texto el que habla por ti. Una frase sin fuerza muestra una propuesta de valor débil. Así que olvídate de las frases abstractas, y las que dan vueltas al tema sin llegar tocarlo.

Nada de: “Es posible que esta sea una solución bastante adecuada para mitigar, de alguna manera, los problemas que normalmente aquejan a los clientes con necesidades de facturación”.

Mucho mejor: “Es una muy buena solución para los clientes que necesitan realizar facturas”.

No hace falta que exageres ni, por supuesto, que faltes a la verdad. Acabaría volviéndose en tu contra. Basta con que tu texto diga lo que quieres decir sin rodeos y con convicción.

2. Busca el ritmo, repite con inteligencia

La repetición puede darle a tu texto estructura y ritmo. Es algo que llevamos en el interior del cerebro. La repetición es la base de la música, de los ritos, de la danza. Si consigues dotar a tu texto de ese ritmo, el lector se deslizará por él y se sentirá recompensado cada vez que encuentra el tema principal (es lo que nos sucede al escuchar el estribillo en una canción).
Obviamente, si te excedes, el texto se volverá reiterativo y aburrido. Pero la repetición es un recurso bastante sencillo de utilizar. Introduce la idea principal y, conforme avanza el texto, refuérzala y complétala con diversos puntos de vista.

Lee tu texto en voz alta para descubrir el efecto real, y evita las rimas internas (dos frase seguidas acabadas, por ejemplo, en “-ón”).

3. Olvídate de la voz pasiva

La voz pasiva es mucho más enrevesada que la activa. De hecho, no solemos utilizarla en la conversación oral. Así que lo más sencillo es que prescindas de ella. Mira este ejemplo:
La redacción del proyecto ha sido solicitada por la empresa Car Express.

¿Solicitada la redacción? ¿Solicitado el proyecto? La frase es correcta, pero resulta bastante más sencillo así:

La empresa Car Express ha solicitado la redacción del proyecto.

4. Menos es más

Sé breve. Si puedes decirlo en un párrafo, mucho mejor que en dos. Aunque nos duela, mucha gente no va a llegar hasta el final del texto, así que lo mejor es decir lo más importante al principio y en pocas palabras.

Los lectores que aterrizan en la página abordan el texto tras un proceso de escaneo visual. Es posible que se salten el primer párrafo y vayan directamente a los elementos destacados. Por eso te conviene proporcionar al lector varios puntos de enganche: títulos de apartado, frases destacadas, imágenes, recursos visuales, etc.

5. Usa frases cortas

Una frase demasiado larga es una oportunidad perfecta para que el usuario desconecte. El sujeto se sitúa demasiado lejos del predicado. Las ideas y las relaciones se complican. Empiezan a aparecer complementos, adjetivos, proposiciones subordinadas… Si el usuario pierde el hilo, lo más probable es que abandone.

Así que ahórrate problemas: utiliza frases cortas. Sujeto, verbo y predicado.
Usar frases cortas no tiene por qué limitar nuestra capacidad de expresión. Puedes decir lo mismo que utilizando una sola frase larga. Basta con que separes y ordenes las ideas utilizando el punto (.), ese gran amigo del lector.

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